26 de octubre de 2008

¡Peligro Tarariras sueltas!



L a ansiedad por que comience la temporada de pesca de nuestras amadas tarariras me tenía bastante loco. Mas despues de la excelente pesca con señuelos que habíamos hecho en La Paz con el dorado. Y teniendo en cuenta lo mala que fue la temporada pasada, ya no me podía mantener quieto.



Un llamado, como siempre pasa en estos casos, del amigo Sergio fue lo que estába esperando. Tengo lancha reservada para el río, me dijo. A la mañanita hacemos peje y al mediodia vamos por las taruchas que estan reactivas, sentenció. Y asi fue como comenzó una nueva aventura que fue cambiando de forma cuando se unieron el Ingles y Nico Bimmer, ya que por el voto de la mayoria decidimos ir a buscar directamente tarariras todo el día.


El viernes a las 6 de la mañana me pasó a buscar Nico y encaramos por la ruta para encontrarnos con Sergio y el Ingles en la Shell de la autopista. Desayuño, charla amena y mucha ansiedad dejamos cuando nos fuimos directamente para el Tigre en busca de la guarderia de donde saldríamos al Río.




Allí nos encontramos con el guía Walter Melvic, quien oficiaría mas que de guía de compañero de pesca, con un conocimiento profundo de la zona donde iríamos y con data muy fresca para tratar de encontrar a las guerreras. Saludos de rigor, bártulos al precioso trucker y a navegar.




Para llegar al lugar elegido hay que navegar un buen rato, mas de una hora, ya que se recorre todo el delta del Río de la Plata, hasta pasar a la 3ra sección, allí ya encaramos hasta llegar a la zona de las Islas García y Oyarbide. Como el día se presentaba espectacular en cuanto a lo climático, con leves brisas bajo un sol radiante, la recorrida fue por demás placentera.




Una ves llegamos a la “zona”, el guía Walter nos contó como era la situación. La pesca se hace adentro de la isla recorriendo la infinita cantidad de canales y riachos que hay, en busca de pozones en las zonas bajas. Allí la tararira se amontona para retozar, cazar y prepararse para la nidada.


Las condiciones ideales son que se esté en bajante y que el caudal de agua sea lo menor posible, sin llegar a secar las entradas a los canales. Así se acarduman mas los peces y, con la sabiduría del guía se pueden encontrar pozones espléndidos.

El río estaba en plena bajante, demasiado quizas para el gusto del guía, pero llegados hasta acá, no íbamos a perder la oportunidad de intentarlo. Walter pegó el grito de agarrarse y encaró la entrada de un arroyo que se metía en la isla, entramos con 50 cm. de agua y sólo porque Walter sabe exactamente como es el fondo canaleteado, sino nos encayábamos seguro.




Recorrimos unos 5 minutos bajo un paisaje maravilloso. La isla está casi desierta y todo lo que se ve alrededor es naturaleza pura. Un manjar para los sentidos. Llegamos al lugar elegido, preparamos los equipetes y a lanzar. Fueron varios lances hasta que empezaron a aparecer las primeras.




Bajo la atenta supervisión de Walter, empezamos a rascar el fondo del canal, esa era la idea inicial que nos aconsejó el guía. Tan abajo, acostadas en el fondo nos dijo..y ahí las fuimos a buscar. Yo empecé con un subwart, pero tirandole a la costa del canal para rascar esa zona ya que este señuelo profundiza poquito...asi saqué dos hermosas taruchas de un kilito y pico, despues usé un spinner bait de gusano morado que me dio un par de capturas mas. Nico con un shad rap de rapala clavó tambien algunas ya mas en el medio del canal.




Mientras tanto el Ingles y Sergio se habían bajado para caminar la costa opuesta y hacer algunos lances. Ahí se destacó una hermosa tararira que sacó el Ingles con un tucan flex y Sergio clavó algunas mas con un coquet de del.

Al cabo de un buen rato y ya con la merma de la pesca subimos al trucker y volvimos a salir a río abierto para entrar en otro canal. Acá ya entramos con 20 cm de agua y de forma milagrosa. Walter ya había pegado el grito que nos agarremos que no entrábamos, pero encaró igual a toda velocidad y con el impulso pudimos pasar la entrada y encontrar mejor calado dentro del arroyo.


Allí navegamos por dentro del canal hasta que ya se ponía tan bajo que tuvimos que anclar y pescar en esa zona. Fueron varios intentos con muy poquitas respuestas. Al rato Sergio se descalzó y se fue a caminar por el costado del arroyo hasta que lo perdimos de vista.


Nosotros no duramos mucho mas sin seguirlo. Todo el mundo en patas para no embarrar la embarcación y a caminar entre pastos vírgenes, cardos y paredes de juncos de dos mts. de alto. Toda una aventura.


Paramos en un recodo de dicho arroyo donde Sergio se cansó de sacar con el coquet y el resto de nosotros lo acompañamos con capturas con los mismo señuelos que veníamos pescando.
Sergio, culo inquieto como es, se fue de nuevo cruzando una mata de juncos que daba el aspecto de impenetrables. Al rato el grito siguiloso de vengan nos hizo cruzar a todos el impenetrable.


Alli se veía a Sergio clavar una tras otra. El lugar formaba una especie de playita donde las había visto tomando sol y allí hicimos una pesca impresionate. Era tirar y tener ataques de tarariras de 1 a 3 kilos. Eso era lo que habíamos ido a buscar.

Como al rato el Ingles cambió por un subwart oscuro grande, le pedí que me preste el tucan flex, ya que el que yo tenía era muy chiquito. Realmente me cansé de pescar y no lo cambié en el resto del día.


Ya pasado el mediodia y con las guerreras dispersas en esa zona, salimos para otro lado donde Walter nos dijo...Ven donde desemboca el arroyo con el río. Si dijimos todos viendo que el río había bajado tanto que ya en esa desembocadura estaba sin agua.Bueno ahí se quedaron baradas las tarus, está lleno seguro.


Dicho y hecho. Llegamos y despues de comer arriba del trucker nos bajamos para caminar hasta rodear esa desembocadura, algunos del lado de la isla, otros parados directamente en el lecho del río sin agua.


Fue otra fiesta, tremenda cantidad y calidad de capturas. Tirar y tener ataques. Una pesca realmente impresionante. Apenas me podía mantener en pie en el barro para lanzar, clavar, pescar, sacar el pez, sacar fotos..mas de una ves terminé de culo en el barro. Pero realmente feliz, no se podía pedir mas.

Es increíble como la hoplias se mete en el barro a disfrutar del sol aunque apenas haya agua. Es un pez endemoniadamente raro. Y así y todo, en plena etapa de descanso, ve comida y ataca con una voracidad increíble.


Al llegar el atardecer decidimos pegar la vuelta ya que teníamos un largo viaje de regreso y con bastantes inconvenientes por lo bajo del río. Igualmente la pericia de Walter hizo pudieramos salir a río abierto aún con menos agua que antes y que llegaramos a buen puerto sin ningun contratiempo.


Al finalizar la jornada contabilizamos mas de 100 capturas entre los 4, todas devueltas a su hábitat y con otros 100 piques errados que no pudimos levantar, cosa común en la pesca con señuelos. Impresionante.


Una jornada única como comienzo de temporada de tarariras que seguramente en muy breve tiempo repetiremos antes de que se nuestras amadas guerreras se desparramen en el estuario.


5 de octubre de 2008

La Paz está en el spinning.



Desde hacía mucho tiempo que estaba con muchas ganas de recuperar la pasión mas grande que tengo por la pesca, el spinning. Desde que comenzé con esta locura siempre me atrajo mas que cualquier otra técnica el uso de artificiales, me parece algo totalmente igualitario para con el pez, el usar un engaño plastico que simula su presa, sin olor ni atrayente artificial mas que el simple acto de parecerse al cebo real, es maravilloso.

Por suerte, y gracias a Pescarinfo, siempre está latente la posibilidad de encontrarse con gente nueva, gente buena onda, gente con ganas de compartir su experiencia y, por sobre todo, gente que ame este deporte como lo ama uno.

Así fue que conocí, via internet, a Nico Bimmer, un dedicado absoluto al tema del spinning, con mucha experiencia y sapiencia del tema, y sobre todo, con muy buena onda para explicar, discutir y ofrecerse a ayudar a quien quiera conocer sobre esta técnica.


Entonces, despues de unos cuantos cruces en varias discuciones ( cruces de los buenos, de los que enseñan y acercan a la gente) quedamos en armar algo para ir a pescar dorados en alguna de las tantas plazas litoraleñas de nuestra amada Argentina.

Cuando la invitación por fin llegó me emocionó de sobremanera. El grupo se había conformado con Nico, su hermano Lucho y quien escribe. La misma no era una salida mas, era a hacer lo que tanto me gusta, pescar y en spinning, a un lugar soñado como La Paz, en busca del pez mas preciado por mi como es el dorado y con la única premisa-condición de hacerlo sólo con artificiales, sin siquiera subir una mísera mamacha a la embarcación. Todo un desafío.


La ansiedad hasta la fecha de salida fue interminablemente emotiva. Hacía mucho que no me ponía tan loco ante una salida de pesca. Sería la idea de una salida grosa de dos días a pescar dorados a un lugar que no conocía. Sería la certeza de ir con gente que no conocía en persona pero que, por las referencias de lo hablado en la net, demostraba un conocimiento del lugar y de la técnica tremendamente importante. No lo sé, pero fueron días, casi un mes, que solo soñé con dorados mordiendo muñecos en un lugar paradisíaco.


Ya de entrada, la necesidad de armarme de algunos señuelos aptos para esta pesca fue casi una odisea. Desde el momento que Nico me dijo, buscá algunos Lipless Sinking que con eso aseguras varias alternativas, hasta que pude comprar en ebay un pack de 6 rapala ratlin rap número 7 y que llegaran a casa antes de la salida, fue una odisea.

Pero llegaron y con la compra de algunos mas en baires como para armar alguito para poder intentar decentemente esta pesca ya estaba listo para entrarle a los pirayus de La Paz. ¿ Estaba listo?. Pues todavía me faltaba lo mas importante, el equipo de pesca.


Ahí recurrí a mi amigo Marco para que me preste un equipo de baitcast, como para no desentonar ante esta propuesta. Entonces me armé de una caña de bait basspro 10/25 y un reel crestfire, que al final no usé. También me prestó un Daiwa GVO 10 que terminé usando todo el finde junto con mi viejita y fiel cañita de spinning Shimano Integrated de 6/14 lb.

Ya con todo dispuesto salimos rumbo a destino al mediodía con la idea de viajar tranquilos y llegar a la nochecita para hospedarnos, descansar y arrancar con todo al día siguiente. El viaje, de 550 Km, fue tranquilo salvo algunos tramos finales que la ruta estaba totalmnete impresentable de pozos, pero a las 8 de la noche ya estábamos en La Paz.


La Paz, ubicada en el ángulo noroeste de la Provincia de Entre Ríos es la última de las localidades del corredor turístico que recorre este territorio orillando el Río Paraná. El litoral todo, ofrece belleza, turismo y pesca para el turista mas exigente, pero Entre Ríos, por estar mas cerca de la Capital Federal, es una de las opciones mas aprovechadas de aire libre y naturaleza.

La Paz es una ciudad que toma su nombre por veneración a Nuestra Señora de La Paz, y se sanciona con fuerza de ley por decisión del Gobernador Dr. Pascual Echagüe el 13 de Julio de 1835. Este dato histórico solo indica la denominación oficial, pero detrás de esa fecha se vislumbra al río ejerciendo su influencia para el asentamiento de pioneros que aprovechaban las ventajas de un puerto natural que ofrecía el arroyo Cabayú Cuatiá.

Desde allí comenzaba el crecimiento de una población, como tantas otras, que a través del río hacía llegar sus producciones agrarias a centros mas poblados. La Paz fue desde 1977 conocida por este nombre cuyo significado se encuentra en una mezcla de castellano (Cabayú) y Guaraní (Cuatiá) que quiere decir Caballo Marcado, o Caballo Plateado, o Caballo Pintado.


Saludos de rigor con nuestor anfitrión y guía, Adrian Beliz, nos preparamos esa mañana con todo el arsenal bailando en las cajas de pesca, dispuestos a salir a presentar batalla. La idea era arrancar para el lado del Montenegro, un busca de las correderas de la zona. Salimos con los señuelo al agua, yo con un shinner 90 de marine sport, a los dos tiros, plaf..dorado precioso que se clava, lo peleo, lo disfruto y cuando lo van a subir, como se lo habia tragado bien, muerde el mosqueton y lo abre, chau dorado y chau señuelo. Una calentura monumental.

Seguimos pescando y Nico que clava dos doradillos seguidos y que le saltan y escupen artificial. Ya a esa altura tabamos como locos. Pero bue, esta pesca es asi y la disfrutamos como tal. En spinning el pique nace desde el momento que el pez acepta el engaño y lo ataca, a partir de alli es todo extra, inclusive el poder subirlo a la embarcación para la foto. Al ratito, en el mismo lugar Nico clavó el primer doradillo para la foto despues de pegarle una clavada como para asegurar la presa.


Nos movimos un poco mas arriba despues y tuve la suerte de clavar dos dorados de 3 a 4 kilitos uno atrás de otro con un rapala ratlin rap color BlueGill que me lo destrozaron. Una alegría inmensa poder subir estas presas con artificiales y pescarlos con equipos totalmente livianos.

Tuvimos un par de piques mas errados por Lucho y Nico y decidimos ir a almorzar a alguna isla en el medio de ese lugar increíble que es el delta paceño. Picadita de rigor, almuerzo y, casi sin perder tiempo a seguir pescando.


Por la tarde seguimos buscando por toda la zona del montenegro y aledaños teniendo piques esporádicos de dorados, muy sutiles y errados de cabo a rabo. En esa parte de la jornada Nico pudo clavar un lindo doradillo que pudo subir y sacarse la mufa.

Nos fuimos a las piedras que estan apenas se sale de puerto en La Paz, frente a unos acantilados imponentes, donde volvimos a tener un par de piques mas errados, con la pérdida de otro artificial por mi parte, un NG Ripper que se fue en las fauces del dorado al cortar el multi por una mella que se le habría producido por un enganche en el que lo palanqueamos para liberar el artificial.

Lucho, con el mismo señuelo de NG, subió su primer doradillo a bordo para satisfacción de todos, para las fotos de rigor y para su posterior devolución, con todos los cuidados de rigor. Ya bien entrado el anochecer volvimos a puerto, satsfechos de la jornada, con ganas de haber podido subir algunas presas mas de las erradas, pero con la felicidad de una jornada ideal.


En la posada Posta El Surubi, donde nos hospedábamos, disfrutamos del baño reparador, despues a cenar a un restaurante cercano de esta preciosa ciudad, para, despues, entregarnos a Morfeo con un cansancio propio de este tipo de pescas. La pesca en spinning nos obliga a estar constantemente parados en la lancha lanzando los artificiales en distintas direcciones, barriendo la cancha de pesca, mientras mas esté el señuelo en el agua, mas son las posibilidades de captura, no es una pesca de espera como lo es la pesca con carnada, sino de actividad constante, por eso exige mucho mas al cuerpo del pescador.


Al otro día, bien tempranito como nos gusta, ya estábamos navegando en busca de nueva aventuras. Esta ves la hábil dirección de Adrián nos llevó mas lejos del Montenegro ( había muchísimas lanchas dando vueltas y este arroyo, por demás concurrido, no tiene el suficiente espacio como para garetear entre tantas embarcaciones.




Nos fuimos a la desembocadura del Largo en la zona del Arrastradero, donde nos dimos cuenta lo bajo que estaba el río, apenas podíamos pasar con la lancha levantando la pata del motor. Bajamos a la costa donde ya estaban varias lanchas apostadas esperando al pirayú.

Probamos en varias costas de la zona sin ningun pique ni actividad a la vista, por lo que al rato levantamos campamento volviendo sobre nuestros pasos a la zona del


De recorrida por un arroyo bien bien angosto paramos en la costa a tirar un rato, ahí tuve un pique en el rapala ratling bluegril que se soltó soberanamente en el segundo salto. Volvimos a embarcar y a seguir recorriendo ese imponente delta paceño, con biguas, caranchos, carpinchos y mucha mucha mas fauna a flor de vista.


Antes de almorzar entramos en el arroyo El Negro a garetear y pescar al golpe contra sus costas. En esta zona se dio la mejor pesca de esta jornada, con varios doradillos errados y un par que pudimos subir Nico y yo. También en esta zona disfrutamos de una pesca que con equipos livianos como los nuestros vale la pena. La pesca de la palometa con señuelos no sólo es posible sino que, cuando estan asi de activas es un festival. Lucho, Nico y yo no paramos de clavar palometones de 1 kilo a 1 kilo ½ que en cada tirada arremetían contra los señuelines utilizados. También se mezclaban los piques de dorados, por lo que ese rato en esa zona fue lo mas entretenido del día.

Bajo el sol y calor reinante paramos en una isla a almorzar, en conjunto con cuatro mosqueros marplatenses que habían comenzado su jornada de pesca en ese día, con nula suerte. Es increíble ver la camaradería del pescador y como se genera ese lugar comun que hace a nuestra pasión. El almuerzo transcurrió ameno, divertido y con muchas risas y anéctdotas.


Por la tarde decidimos probar gareteando por el Parana, cerca de un gran banco que se hacía visible por lo bajo del agua, no tuvimos suerte ahí, asi que nos fuimos volviendo para puerto pasando primero por el Montenegro, donde todavia se veían algunas lanchas por lo que lo gareteamos con cuidado con algun pique de doradillo perdido.

Para terminar la jornada preferimos ir a zona de piedras de las barrancas cercanas a puerto, ahí donde se ve el cartel de No Pasar colgando de una barranca. Ahí Nico tuvo varios piques errados que no podía clavar con un Jackall Doozer que le dio tantos dolores de cabeza por los piques errrados.


Yo seguí usando unos ratlin rap ya de color Blue Shad que tuvo un par de toques y un hermoso pique de un lindo doradito que, como era de esperarse, se soltó casi cuando lo estabamos por levantar a la lancha.

Los señuelos mas rendidores de las dos jornadas fueron todos los ratllin rap de Rapala, shiner 90 de Marine Sport, Megabass Vision Miyabi, NG Ripper y Jackall Doozer.

Vuelta a puerto a cenar en la posada un cordero monumental con otro veinte pescadores que paraban allí y que le dieron el toque final a esta salida maravillosa. Un placer escuchar a la gente que tanto ama este deporte, recorrer con ellos sus anéctdotas como si uno estuviera allí...cada ves amo mas este deporte.


Para el final me guardo un cariño muy especial a Nico, Lucho y Adrián por hacerme pasar una de las mejores salidas de pesca de mi vida. Y, promesas mediantes ya dadas, esperemos que pronto se repita en este o en algun otro pesquero del hermoso Paraná que gracias a Dios, es nuestro.

 
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