13 de diciembre de 2008

La Fama no es puro cuento


Tantas veces las anéctodas contadas por mi entrañable amigo Lamparita de las tremendas pescas de lisas en el Arroyo La Fama me pusieron la piel de gallina. Tantas veces las fotos de esos torpedos submarinos pescados ahí nomas del gris cemento, en un lugar imposible, me hicieron anhelar con conocer ese paraje de ensueño.

Tantas fueron las veces que soñé con estar ahí que ya estaba perdiendo la esperanza de que realmente alguna ves sucediera. Pero, como la fe es lo último que se pierde, un buen día llegó ese ansiado momento.

Un llamado sorpresivo del lampi cambió ilusión por realidad. Que haces el domingo? Vamos a La Fama? Y SII..fue mi respuesta entre incrédulo y emocionado.

La Fama es un arroyo que nace en el delta del Río de la Plata en la zona de Ensenada-Berisso. Se interna dentro desde ahí serpenteante por toda la zona continental de este lado de la ciudad.


Por alguna extraña razón, cuando el calor es una constante en la época estival del año, las lisas llegan del mismísimo Rio de la Plata y se interna en su cauce en busca de alimento. La pesca, como siempre en esta especie, es un misterio, a veces se larga a comer y explotan los cardúmenes, a veces pasa de largo sin siquiera mirar los engaños y carnadas ofrecidas. Un misterio.

Salimos a las 8 de la mañana de la guardería en la flamante y espectacular lancha de Lampara y Nemo, la Talu, acompañados también por Leonel y Neo, un quinteto especial que aseguraba la risa y buena onda en toda la jornada.


Primer destino el mítico arroyo La Fama. Apenas entramos en su naciente nos dimos cuento porque siendo un pesquero tan famoso es tan exclusivo de los lugareños. Ya la entrada no es fácilmente identificable y, para colmo, a los 30 mts de entrar, unos gigantescos árboles hundidos cruzan de lado a lado su cauce, haciendo casi imposible ingresar, salvo que se conozca de cabo a rabo como estan cruzados y por donde se puede pasar. Un verdadero desafío y una protección natural impresionante del lugar.

Entramos despacito, cuidando la Talu de cualquier inconveniente, hasta que nos empezamos a adentrar en ese submundo del arroyo, con riberas barrancosas totalmente cubiertas de una exuberante vegetación y que al llegar al lugar de pesca nos permitía bajarnos si era necesario.


Anclamos amarrados a un árbol que caía sobre la costa y ya desde ahí se escuchaban a los pescadores amigos del lámpara gritarnos miles de chistes acerca de nosotros y de nuestro amigo-guia. Nos matamos de risa por un buen rato hasta que nos pusimos serios e intentamos pescar.

Nos veía actividad de lisas por la zona. Pero, nunca se sabe y armamos las varas largas y fortachonas de pejerrey con la línea que habitualmente se usa por acá. Dos boyas yo-yo chicas terminadas en un lazo donde atar el puntero mandale con su correspondiente plomada.


La idea de esta línea es lanzarla con el mandale pasando lo mas posible la zona donde queremos pescar para, luego de que el la plomada del mandale ancle, recoger arrastrándolo haciendo el menor ruido y movimiento posible, hasta la zona de pesca.

Una ves lanzadas las líneas a esperar. El pique de la lisa es sumamente sutil y desconfiado, teniendo el pescador unas fracciones de segundo para decidir clavarlas, por lo que se erra mucho pique, que se paga cuando se tiene un torpedo de esos volando al otro lado de la línea.

Para encarnar nosotros comenzamos con lombriz, que no era colorada, sino la blanca grandota, ya que en el puesto de carnadas nos dijeron que estaba saliendo con esa..eso dijeron.


El primero que acusó pique fue Neo, y clavó con la firmeza que lo caracteriza como gran pescador que es. Pero la pelea no fue tan explosiva y ahí mismo nos dimos cuenta que no era una lisa la engañada. Después de la corta pelea una pequeña boga asomó sus narices siendo la primera captura del día. No era lo que vinimos a buscar, pero, nunca se reniega de una buena boguita.

Al rato, Leonel tuvo otro pique sutil y clavó con ganas. La línea explotó y salió despedida de derecha a izquierda con una potencia impresionante. Lisa dijimos todos, un gran torpedo! Leo lo peleó con gran paciencia y astucia, realmente era impresionante ver ir la linea de derecha a izquierda con una velocidad impactante.

Menuda sorpresa nos llevamos una ves que el pez fue arrimado al bote y nos dimos cuenta que no era lisa. Era un sábalo que lo habían clavado de la cola y por eso peleó tanto. Las risotadas fueron muchas y las maldiciones de Leo tambien.


Ya en ese momento y como el pique no se daba, decidimos movernos hacia otro lugar, ya fuera de La Fama. Nos fuimos al embarcadero del Club Náutico.

Cuando llegamos nos mirábamos entre Neo, Leo y yo, os visitantes. Porque no podíamos creer que entre medio de los yates se pudiera pescar lisas.

Líneas al agua y a probar de nuevo. Pegados a la costa teníamos muchos piques, pero cuando salió el primero vimos que eran boguitas. Nos entretuvimos un buen rato con ellas, sacando y devolviendo las piezas después de una divertida pelea.


Cuando nos estábamos empezando a resignar con que las lisas brillarían por su ausencia, Neo tuvo una llevada franca con la línea muy cerca del bote. Zas! Clavó Neito y salió disparada, la muy artera, como misil. Si! Era una lisa!. Por fin se dio ese pique esquivo, fotos de rigor, y todos con las líneas en el agua, atentos ante la posibilidad de haber encontrado el cardúmen.

Al rato y tambíen cerca del bote, Lampara demostró porque es el Rey lisero de la zona, y con sendos piques clavó dos hermosas lisas que aumentaron la cosecha del día.

En ese momento un llamado de Fabián, un amigo del Lampi, directo desde La Fama alertaba que el cardumen estaba a pleno comiendo y que estaban sacando calidad y cantidad.



Levantamos todo y salimos para allá. Cuando llegamos vimos la cosecha de Fabián y casi nos caemos de espalda, un decena de lisas enormes ya estaban listas para ir al freezer. Preparamos las líneas mojarreras para pescarlas como lo estaban haciendo ahora. Una boyita yo yo bien chiquita con un anzuelo y sin plomo, mojarreandolas desde la barranca al borde de la costa.

No tuvimos suerte, el cardumen había pasado y nos había dejado con las ganas de pescarlo. A esa altura una lluvia incesante nos hizo meternos entre los árboles y esperar la vuelta de las bichas. Pero nunca pasaron.

Decidimos ahí, dar por concluída la jornada con poquitas piezas pescadas por nosotros, pero con un hermosa faena por Fabián. De mi parte no me tocó en suerte una lisa, pero disfruté de una jornada entre amigos, en un lugar mágico, que no cualquiera puede conocer y de ver que lisas hay, muchas y que se pescan...La Fama no es puro cuento.




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Anónimo dijo...

Me mata que esten pescando entre las embarcaciones, muy buenas las fotos!!! me da risa la sombrilla, parecia un handicap, felicitaciones una vez más, ojala se repitan las salidas en "Talu"

 
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