25 de marzo de 2008

Una podadora para Madariaga

Quince días atras, cuando me fui a la maravillosa Esquina, un grupo de amigos de la página, armaron una salida grupal a la Salada de Madariaga. Cuando ví los resultados que obtuvieron, me dije, ya está, algo tengo que hacer, este fin de semana me voy si o si.
Y así fue como me contacté con Facu, un amigo de la vida que, por suerte, cada vez mas seguido tengo la oportunidad de compartir cañas, y armamos la salida para el domingo.

Y así fue como me contacté con Facu, un amigo de la vida que, por suerte, cada vez mas seguido tengo la oportunidad de compartir cañas, y armamos la salida para el domingo.

Despues se no unió Adrian, con quien ya he compartido varias salidas y garantiza el clima de pesca necesario para estas salidas. No es que no pueda ir cualquiera a pescar, pero en particular soy un tipo demasiado amante de este deporte, por ende, las diez horas que podemos estar arriba de un bote pescando, son para mi sagradas y prefiero hacerlas con gente que sepa pescar y que entienda esas largas horas de silencia esperando el ansiado pique.

Llegado el día, los chicos me pasaron a buscar a las tres de la mañana para, en un viaje por demas tranquilo, arribar a la ciudad de Madariaga por la madrugada. Allí nos esperaba Adrián, que oficiaría de guía en su trucker. Lo caramos y partimos por ese tan áspero y famoso camino de tierra hacia la laguna.

Una vez en el pesquero de Chiozza fue preparar los equipos, subirlos al trucker y ver esa imagen imponente de la Salada. Lo mas increíble era ver la cantidad de pasto que tiene esta laguna. Como hace unos diez años, la gambarrusa ha crecido, incontenible, y ha cubierto casi toda la superficie hasta, como se dice comunmente, flor de agua.
Esto hace que la navegación sea bastante complicada para realizar y obliga a toda la pericia del conductor en su desarrollo. Por ello, decidimos ir en el comienzo de la salida, al frente del pesquero de chiozza, como yendo a la entrada de los callejones de Urrutia, en donde se veían algunos claros de agua con un poco de profundidad para poder lanzar los aparejos.Una vez en el lugar anclamos y preparamos las líneas. La pesca es un deporte de aprendizaje constante donde, a medida que vamos conociendo y pescando los ámbitos, vamos aprendiendo a preparar los equipos para tener mejores chances de hacer una buena jornada.

Para la Salada de Madariaga una de las cosas que hay que tener en cuenta es que el pescado es bastante desconfiado, por ende, come como probando primero la carnada, para despues hacer corridas muy cortas, entonces, lo que hay que tener en cuenta es de no dejar que la línea preparada ofrezca resistencia en el momento que comen. Si no, se darán cuenta del engaño y dejarán la carnada antes de que la tengan totalmente en la boca y podamos clavarlos.

Previniendo este tipo de cosas, armé unas líneas nuevas entresemana, con boyas bien chicas del tipo chupetonas color blanco y verde limón, con trampa movible de hasta veinte cmts. y rotores livianos con brazoladas cargadas y anzuelos kitsune número uno mas bien medianos.
Los primeros lances, difíciles tratando de acertar con los claros sin pasto, dieron como resultado algo que suponíamos se iba a dar y que, lamentablemente, serían la constante durante toda la jornada....los dientudos. Eran impresionante ver caer las boyas al agua y que se hundieran casi al instante, característico pique de esta especie. Al cabo de un rato logramos sacar algunos pejerreyes medianos de entre treinta y treinta y cinco cmts. pero en seguida los dientudos nos obligaban a buscar otros claros. Otro lindo ejemplar de pejerrey de la Salada de Madariaga. Llegando al medidía nos acercamos a la entrada de los callejones de Urrutía donde habia algunos claros muy lindos. El pique continuó igual con algunos pejerreyes medianos meszclados con juveniles y mucho dientudo. En ese momento se nubló por completo el cielo, haciendo mas difícil visualizar donde había gambarrusa y donde no por lo que las boyas, muchas veces, quedaban fijas enredadas en el pasto sin pescar.

Despues de comer decidimos ir a la zona del molino, en lenta navegación entre los pastos, donde sabíamos que había mucho menos gambarrusa pero tambien, pejerreyes mas chicos.

Llegamos y la cantidad de botes en la zona nos daba la pauta de que el pique era sostenido en esa zona. Y asi fue, constante y muy entretenido, con pescado mas bien chico, muchos juveniles algunos medianos de vez en cuando.

Yo cambié, por otra línea parecida a la que estaba usando, pero con boyas lágirmas naranjas bien chicas que también dieron un excelente resultado. Fueron mas de cien capturas las que tuvimos con muchas devueltas al agua por ser pequeñas. En total quedaron unos sesenta pejerreyes seleccionados los que quedaron para el cuchillo fileteador.
Para cerrar, me dí el gusto de volver a mi amada Salada que me vió nacer en esto de la pesca del pejerrey, tuvimos un día precioso climaticamente hablando, con muchisimo pique para entretenernos y con una faena espectacular en cuanto a cantidad de capturas.

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Anónimo dijo...

BIEN LOCURA ..BUENAS NOTAS!!

SALUDOS ALE- 38-

 
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