9 de agosto de 2008

Zanagoria Word´s Tour 2da Fecha Cochicó


casi veinte días despues de no poder ir a Cochicó por el paro agrario. Casi veinte días despues de realizar la primera parada del Zanagoria Word´s Tour en Monte. Casi veinte días despues de seguir imaginando este encuentro casi diariamente, con locura y ansiedad, llegó el momento. La banda estaba lista y el famoso azulito ya empezaba a hacer rugir su motor. Cochicó estaba a la vuelta de la esquina y el Zanagoria Word´s Tour daba pie a su segunda presentación.

El azulito, como bautizamos al viejo colectivo transformado en motorhome, llegó a las 12 en punto al 2do punto de encuentro donde me levantaron a mi con algunos de los muchachos que subíamos en Capital. De ahí, recorrimos los primeros 100 Km hasta llegar a Monte, donde levantamos a los chicos que faltaban. Así ya estábamos todos los que viajaríamos rumbo a la preciada Cochicó en busca de sus pejes de oro.


El grupo quedó conformado por Richardoc, Lampara, Danielito, Marco, Guiyo, Gustavo, Ricky, Nemo, Danonino, los montesinos Leo, Big y Aldese y yo. Como era de esperarse el viaje fue a pura picada, bebidas de todo tipo y mucha pero mucha risa. Ya adentrada la noche y después de la parada en lo de Fosfori para comprar mojarra, nos fuimos a dormir en las cómodsas cuchetas que tiene el azulito.

Llegamos tempranito y nos encontramos con la gente que faltaba y que habían venido antes en auto. Fermin y su papá Gustavo desde Bragado, el lobo y su mujer Cristina desde Monte. Risotadas, cargadas y demás yerbas para paliar la adrenalina que ya no corría por las venas...las ganas de estar en el agua eran tremendas.


Armamos los equipos y embarcamos. El tiempo no nos acompañó ya que un viento este cruzado de bastante intensidad nos acompañó toda la jornada. Esto es lo peor que nos puede pasar, prefiero frió, lluvia, sol, calor, pero el viento es el condicionante mas complicado de sortear.


Con esa complicación salimos los trucker rumbo a la parte de atrás de la isla donde buscaríamos reparo. Líneas al agua y a tratar de mantenernos en pie. En nuestro trucker estábamos Lampara, Dany, Nemo, Dano y yo. Todos con líneas de 3 boyas y a buscarlo arriba como nos gusta. No tuvimos suerte, salvo el primero que lo pescó Nemito.

Nos corrimos mas a la costa del pesquero blanco y ahí empezamos a sacar algunos salteados. Siempre de buena medida, arriba de 30 cm hasta 38 cm aprox. En esa ráfaga yo fui el que anduvo mejor. Los piques se daban de 20 a 40 cm de profundidad, muy pero muy celosos.





Al mediodia y sin poder encontrar el pastón de pescado característico de esta laguna, nos cruzamos la laguna buscando la zona de la costa del nilo. Nos mojamos bastante pero ya estábamos en una buena zona. Líneas al agua y a pescar. Seguimos con piques esporádicos, pero parejos en todas las cañas.

Realmente el viento a esta altura nos traía a mal traer, no podíamos afirmarnos en el bote, nos bamboleábamos para todos lados y para colmo la embarcación garreaba de ves en cuando. Seguimos encaprichados en buscarlo arriba, como nos gusta, y asi terminaríamos pescando todo el día.


Por la tarde, un llamado de Eduardo, guía amigo que llevaba a uno de los grupos de los chicos, nos avisó que por el Rincon de Olaff, a escasos quinientos metros de donde estábamos nosotros, estaban pescando bastante bien. Y hacia allí fuimos.

Llegamos y vimos el trucker de Eduardo anclado a menos de 50 mts de la costa y con buenos resultados. Nos acomodamos, líneas al agua y ahora si. El pique era franco y leal. Lamentablemente a mi a esa altura me dolía mucho la cabeza y no pude disfrutar del todo de esa ráfaga. Pero bue, logramos pescar todos medianamente bien y eso es lo importante.


Al ratito se arrimó el trucker de los montesinos que no lograba afirmarse por el viento, pero que, con paciencia, tambien pudo pescar un rato en el lugar. Al cabo de una hora, y ya con el sol bajando, decidimos pegar la vuelta, terminando de empaparnos todos.

Al llegar a puerto, entre abrazos, bromas y comentarios vimos que a todas las embarcaciones les fue parecido, entre 120 y 150 pescados por cada embarcación. Al rato llegó el lobo que salió con cristina en su lancha y que lo había encontrado a úlitma hora gareteando por el medio, logrando el mismo promedio que el resto de los chicos.


Salimos y nos fuimos para la casa que habíamos alquilado en Guaminí. Una hermosa vivienda con 4 habitaciones, cocina, comedor, patio y una parrilla techada. Nos bañamos y los montesinos comenzaron a preparar el asado, un costillar entero espectacular.






Cenamos todos juntos en el patio, recordando la salida, los momentos, disfrutando de viejas anéctodas, soñando con futuras pescas juntos. Todo lo que hace que una salida de pesca tenga ese encanto tan especial que sólo nosotros los pescadores podemos comprender.

1 Haga aqui su comentario:

Anónimo dijo...

buenisimo che....

 
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